martes, 10 de mayo de 2011

Cuentos de amor




-Ya basta. Dijo ella. Una mujer cansada de amor.
Un viejo amigo la había aconsejado una vez: Si deseas encontrar el verdadero amor, primero debes cansarte de los amores mediocres que encuentres.
Y así fue. Ella se enamoró, sonrió, disfruto, lloró y dijo adios. Termino mas de una relación que cuando comenzaba, siempre pensaba ilusionada que era el comienzo de su cuento de hadas. Con princesas, castillos, ocasos y su principe azul.
-Ya basta, ya me eh cansado. Pensaba mientras se enconrtaba recostada en la cama. - Eh amado a mas de un hombre y lo único que eh obtenido es un par de besos y palabaras vacías.
Salió a caminar por un par de horas antes de volver a su rutina. Había decidido llorarle al corazón una vez más. Solo una vez más y seguir adelante.
Mientras caminaba, observaba a niños brincar, parejas tomadas de la mano que se miraban tan enamoradas, viejos caminado.. -¿Qué hay en sus vidaas que parecen tan despreocupados? Pensaba.

Decidió detenerse  a comprar algo de tomar y sentarse mientras esperará el autobús que la llevaría de regreso a casa.
 
-Te falta más sonreir. Dijo la voz de un hombre.
-¿Disculpa? Dijo ella volteando a ver a aquel hombre. -Creo que me estas confundiendo con alguien.
-No necesito conocerte para saber que tu sonrisa esta desapareciendo y tu ni lo notas. Dijo él.
-¿Quién eres? Dijo ella volteando su cuerpo hacia él.
-Digamos que soy alguien que va y viene. Dijo él.
-No entiendo.
El autobús se acercaba. -Ese es mi autobus. Dijo ella.
-Espera. Dijo él. Creo que deberías escucharme.
Ella apunto de tomar el autobús, decididó devolverse a sentar con aquel misterioso hombre.
-¿Qué quieres?
-Quiero ayudarte. Tús pensamientos son vagos pero tu corazón esta el lugar correcto..
Sé que has sufrido. Sé que te han decepcionado. Luces tensa, tu piel ya no brilla..
-¡Detente! No quiero escuchar todo esto. Dijo ella. ¡Ni siquiera me conoces!
-Cuando dejes de esperar que el universo este de acuerdo siempre contigo, serás feliz. Dijo el sonriendo.
Ella no entendía.
-En su momento lograrás entenderlo. Dijo el. Mientras tanto, trabaja más en esa sonrisa, ¿quieres?
Ella agacho la mirada con una ligera sonrisa. Al levantarla aquel hombre habia desaparecido.

Ella permaneció sentada unos minutos más y decidió regresar caminando a casa.
-Eres un hombre muy interesante. Susurró mientras el viento comenzaba a jugar con su cabello.






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